La caravana de miles de hondureños que buscan llegar a Estados Unidos ha puesto el foco en un problema que hasta hace una semana parecía invisible: la migración que llegaba a cuentagotas y ahora irrumpe en movimientos de millares.
La caravana de migrantes hondureños que hoy cruza la frontera entre Guatemala y México, y que ha recibido fuertes negativas por parte de estos países, así como de Estados Unidos, podría convertirse en una crisis mucho más grande e incluso, cambiar el paradigma de los movimientos migratorios en Centroamérica.
“Esto, está generando como un caminito de hormigas, que no sabemos bien a bien, dónde va a acabar,” asegura en entrevista Quique Vidal Olascoaga, defensor de derechos humanos para la organización Voces Mesoamericanas, que trabaja en toda la región.
“Yo siento que sí podemos ver más de estos escenarios. Esto no va a ser ni la primera vez ni la única, que vamos a estar viendo éxodos masivos mucho más similares a los que vemos de África hacia Europa,” asegura en entrevista.
Desde el 13 de octubre, unas 3 mil personas, muchas mujeres y menores de edad, salieron de San Pedro Sula, en Honduras, escapando de las condiciones de violencia y pobreza que los obligan. Esperan llegar a Estados Unidos. Una semana después, la caravana llega a 7 mil personas, según organizaciones humanitarias que las acompañan. El grupo más grandes se encuentra en Chiapas, camino a Huixtla, aunque hay otros grupos que se han ido quedando rezagados o que esperan aún cruzar la frontera.
“La gente sigue saliendo,” asegura el defensor, desde Ciudad de Guatemala. “Aquí es todo un río de gente y siguen llegando. Y hay otros dos mil por Izabal (en el este del país) que ya ni siquiera están llegando a Ciudad de Guatemala. Y que están viendo si se van a ir por Petén o si quieren alcanzar a los otros en Talismán.”
Esta caravana, podría significar un fuerte cambio en las políticas regionales, marcado por los deseos de Estados Unidos que se centran en cerrar el paso a este tipo de movimientos migratorios a como dé lugar, y que ha significado un fuerte despliegue de la fuerza pública.
“Ahora mismo, por ejemplo, ya está deteniendo (migrantes); la Policía Nacional Civil de Guatemala, en la frontera con El Salvador y con Hondura. Cosa que no había sucedido (históricamente) hasta… ahora.”
De acuerdo con Vidal Olascoaga, esta caravana sienta un precedente que no se había visto antes; pues si bien, desde hace casi 10 años se han realizado movimientos masivos de migrantes, ninguno ha seguido el esquema de organización de esta.
Hace seis meses, una caravana parecida salió de Guatemala con rumbo al país del norte, aunque no tuvo la misma convocatoria. “La de hace seis meses era organizada desde un colectivo, y esta no, esta sí es mucho más espontánea, donde las redes sociales juegan un rol preponderante en donde hay liderazgos mucho más invisibilizados, pero claro que hay una organización, no es una improvisación en la que todo mundo está saliendo como en estampida. Pero es una organización mucho más de calle, de boca en boca, y por lo tanto pues mucho más difícil de prever,” asegura Quique Vidal.