La propagación global del coronavirus / COVID-19 ha obligado a investigadores y científicos a trabajar a contrarreloj para encontrar tratamientos y curas.
Mientras tanto, los médicos y otros profesionales están, en gran medida, improvisando. Están empleando las mejores prácticas de cuidado para los enfermos graves en los hospitales y brindan los mejores consejos para aquellos con síntomas leves que se autoaislan en sus casas, y para aquellos que no tienen síntomas y desean que así siga.
Es importante recordar que no hay tratamientos probados para el coronavirus. La situación cambia a diario. Pero en este momento, el tratamiento principal para los casos graves no es un medicamento, sino cuidados de apoyo y terapia de oxígeno, administrados a través de ventiladores para ayudar a las personas a respirar.
Algunos médicos están administrando antibióticos estándar para prevenir o tratar infecciones secundarias. Algunos están probando medicamentos experimentales, como el novedoso antiviral Remdesivir, que aún no está aprobado para el uso generalizado.
Otros están utilizando tratamientos fuera de lo indicado: medicamentos o combinaciones de medicamentos no destinados originalmente para tratar el coronavirus, como la cloroquina con o sin hidroxicloroquina (ambos son medicamentos contra la malaria) o el antibiótico Zithromax. Apenas esta semana, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU., la FDA, autorizó el uso de medicamentos contra la malaria para tratar el coronavirus, declarando que el beneficio supera los riesgos, a pesar de los informes emergentes que avisan de ciertos problemas con ambos medicamentos, especialmente las preocupantes altas frecuencias cardíacas y las historias de intoxicaciones por hidroxicloroquina en los EE. UU. y África después de un tuit desacertado del presidente Trump.
Los resultados de los ensayos a corto plazo de otros medicamentos están comenzando a llegar, pero hasta ahora ninguno es muy esperanzador.
Volver a lo básico
Ante estos problemas, algunos profesionales están adoptando un enfoque de regreso a lo básico. Están probando remedios que ya conocemos que tienen baja toxicidad y cierta eficacia en otras cepas de influenza, para ver si podrían funcionar con el coronavirus.
La semana pasada, la FDA dio el visto bueno, caso por caso, para usar los anticuerpos en plasma donado por los sobrevivientes del coronavirus para tratar a pacientes infectados con el virus que están gravemente enfermos. Este tratamiento relativamente simple se utilizó más recientemente para tratar pacientes durante los brotes de Ébola y gripe aviar. Pero también salvó innumerables vidas durante la pandemia de gripe de 1918, cuando no había vacunas ni medicamentos antivirales.
En algunos hospitales de Nueva York, los médicos han comenzado a administrar grandes dosis intravenosas de vitamina C, 3-4 veces al día, junto con otros tratamientos. El estado de las personas a quien administran la vitamina C es “significativamente mejor” que a las que no se les administra.
Hay datos tanto históricos como actuales que demuestran que esta es una opción razonable. La vitamina C permanece en el cuerpo por poco tiempo y la infección prolongada la agota más rápido. Los estudios demuestran que la suplementación de vitamina C es efectiva contra algunas cepas de coronavirus en humanos y animales.
Según su experiencia, los funcionarios chinos ahora recomiendan la vitamina C para la prevención y el tratamiento de COVID-19. Se está realizando un nuevo ensayo clínico en China, basado en el hecho de que la actividad antioxidante de la vitamina C puede ayudar a prevenir el daño pulmonar inducido por las citocinas. Las citocinas son pequeñas proteínas liberadas por las células, que desencadenan la inflamación como respuesta a las infecciones. La inflamación pulmonar severa causada por el COVID-19 puede provocar dificultad respiratoria e incluso la muerte.
Higiene interna
Al abordar el coronavirus, los profesionales de la medicina complementaria y alternativa (CAM) están haciendo exactamente lo mismo que los médicos convencionales, y basan sus consejos en lo que ya se sabe que es efectivo con virus similares.
Del mismo modo, los nutricionistas aconsejan los alimentos y nutracéuticos que se conoce que apoyan la salud y la inmunidad.
Se están acumulando datos sobre el tipo de condiciones preexistentes que nos hacen más vulnerables frente al coronavirus. El destacado cardiólogo del Reino Unido, el Dr. Aseem Malhotra, descubrió que la mayoría de las personas que enferman gravemente padecen enfermedades metabólicas crónicas, como enfermedades cardíacas, presión arterial alta y diabetes.
Una auditoría temprana de pacientes hospitalizados en el Reino Unido respalda los hallazgos de Malhotra, mostrando que dos tercios tenían sobrepeso. Combinado con una inmunidad reducida, el exceso de peso sobre el pecho significa que los músculos tienen que trabajar más duro para respirar profundo.
El medio ambiente, y particularmente la contaminación del aire, también son factores importantes. Durante el brote de SARS de 2003, las personas infectadas que vivían en áreas con altos niveles de contaminación del aire tenían el doble de probabilidades de morir que las que vivían en áreas menos contaminadas. Con el brote de coronavirus MERS (síndrome respiratorio de Oriente Medio), visto por primera vez en Arabia Saudita en 2012, los fumadores de tabaco eran más vulnerables a la enfermedad y tenían más probabilidades de morir.
En cuanto a los aspectos positivos, los investigadores en Melbourne, Australia, han rastreado las respuestas inmunes de uno de los primeros pacientes con COVID-19 de Australia. Sus datos muestran que un cuerpo sano que nunca antes ha estado expuesto al coronavirus sí tiene la capacidad de combatir el virus y recuperarse de la infección.
Con toda esta situación la noción de higiene que teníamos hasta ahora está cambiando drásticamente. Lavarse las manos y tener buenas prácticas de higiene en el hogar es vital. La higiene social (mantener una distancia segura con los demás) también es importante.
Pero también lo es la higiene interna. Lo que come, cómo gestiona el estrés, su entorno, cómo actúa para apoyar su propia salud general; todo esto es relevante e influye en la respuesta de su cuerpo a la infección por el coronavirus.
¿Por qué es tan difícil encontrar información sobre la medicina complementaria y alternativa?
Por una variedad de razones, muchas personas sienten que deben o quieren cuidar de su salud en el hogar. Según una encuesta importante del gobierno de EE. UU., el 38% de los adultos mayores de 18 años usan alguna forma de medicina complementaria y alternativa para hacerlo. Esta es una proporción de la población sustancial.
Los tratamientos alternativos, como por ejemplo los suplementos o hierbas, la nutrición o la gestión del estrés, desempeñan un papel en el mantenimiento de una buena salud.
Pero, como con los tratamientos convencionales, es difícil encontrar buenos consejos sobre el potencial de estas alternativas en relación con el brote de coronavirus.
De hecho, en la actualidad, los consejos sobre soluciones de salud natural son generalmente escasos ya que los “proveedores de información” como Google han decidido hacer que los sitios web que brindan esta información sean más difíciles de encontrar, en base a las afirmaciones de que estos sitios web ofrecen información falsa.
Esta censura de la información es real y preocupante. Un denunciante de Google ha recopilado más de 950 páginas de documentos de Google que muestran cómo el motor de búsqueda está manipulando el flujo de información en línea de acuerdo con su propia agenda política.
Sin embargo, la historia de la vitamina C sugiere que, independientemente de si Google lo aprueba o no, algunos médicos al menos están volviendo a las estrategias probadas y de bajo riesgo para el tratamiento de pacientes hospitalizados con coronavirus.
Entonces, ¿qué más podría ser efectivo? Ciertamente hay muchos consejos y recomendaciones circulando en este momento, aunque no todos tienen evidencias razonables que los respaldan. A continuación, tienen un resumen de algunas de las mejores alternativas para mantener la salud en sus hogares.
Comida
No hace falta decir que este no es un momento para satisfacer el ansia de comida chatarra, alimentos procesados empacados o lo que se ha denominado “cuarantinitis”. Como señalan los expertos de la Escuela de Salud Bloomberg de la universidad Johns Hopkins, un vaso de vino está bien, pero tener happy hour de forma habitual en el hogar, especialmente con licor fuerte, puede suprimir las respuestas inmunes y dejarlo más vulnerable a las enfermedades respiratorias.
Los alimentos ricos en polifenoles son buenos para la salud bajo cualquier circunstancia, pero ahora una investigación seria está analizando el papel de los polifenoles en la lucha contra el coronavirus. En el laboratorio, se ha demostrado que los compuestos naturales como la hesperidina y la diosmina (abundantes en cítricos, su piel blanca y su cáscara), la rutina (que se encuentra en las manzanas, el trigo sarraceno, los higos, el té verde y negro y los higos) y la apíina (que se encuentra en el perejil y el apio) atacan a una proteína importante, M(pro), que ayuda a reproducir el coronavirus.
Incluso se ha demostrado que la piel de los cacahuetes, eliminada de manera frecuente de los productos para untar y alimentos precocinados, tiene un poderoso efecto antiviral, y los investigadores concluyeron recientemente que su contenido de polifenoles “inhibe las primeras etapas de replicación del virus de la gripe”.
¿Pueden los polifenoles de la dieta hacer lo mismo? Según los investigadores de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, los compuestos de los polifenoles, abundantes en alimentos frescos y integrales, son antioxidantes y antiinflamatorios y se ha demostrado que ofrecen protección contra ciertos tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, osteoporosis, pancreatitis, problemas gastrointestinales, enfermedades neurodegenerativas y daño pulmonar.
En el intestino, los polifenoles también podrían apoyar las bacterias intestinales beneficiosas (su “microbioma”), al mismo tiempo que inhiben las especies invasoras o patógenas. Esto es importante porque la salud intestinal, o la falta de ella, también puede aumentar la vulnerabilidad a virus como el coronavirus.
Según una investigación reciente de Tim Spector, profesor de Epidemiología Genética de King’s College en Londres, ha demostrado que un microbioma saludable, con una diversidad de “bacterias buenas”, desempeña un papel esencial en la respuesta del sistema inmune a la infección, y ayuda a que esta respuesta inmune contra los patógenos infecciosos como el coronavirus sea más fuerte. La diversidad natural del microbioma puede disminuir con la edad, por lo que es particularmente importante asegurarse de que nuestros mayores estén comiendo bien.
La mejor manera de aumentar la diversidad del microbioma es comer una amplia gama de alimentos de origen vegetal, que son ricos en fibra y que ayudan a “alimentar” diversas bacterias en el intestino.
Sin embargo, también puedes usar suplementos. Se ha demostrado que los suplementeos que contienen una mezcla de cepas de lactobacilos y bifidobacterias reducen el riesgo de infección del tracto respiratorio superior en los niños y de infecciones respiratorias agudas en los adultos.
Al elegir un probiótico, busque uno con un alto número de unidades formadoras de colonias (UFC), que indica el número de células viables. Al menos 10-20 mil millones por dosis es razonable a menos que un profesional de la salud le recomiende tomar más (o menos).
Suplementos
Además de 1-3 gr de vitamina C al día y probióticos, es posible quiera asegurarse de obtener suficiente vitamina D.
En el hemisferio norte, ya está llegando la primavera. Este sería el momento en que la mayoría de nosotros naturalmente estaríamos saliendo al aire libre y recargando las bajas reservas de vitamina D a través de la exposición a la luz solar.
Eso es más difícil de hacer si estás enfermo o en cuarentena en casa.
La vitamina D mejora la respuesta inmune natural del cuerpo ayudándola a combatir infecciones, incluida la gripe y, según un análisis publicado en el British Medical Journal, infecciones agudas del tracto respiratorio.
La evidencia más reciente sugiere que la vitamina D podría ayudar a reducir la enfermedad y la muerte por coronavirus.
El ex director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., el Dr. Tom Frieden, es uno de los que respalda que la dosis de vitamina D adecuada puede ser preventiva. Incluso Anthony Fauci ha declarado que es poco probable que estrategias como la vitamina D (y la vitamina C) perjudiquen e incluso podrían ayudar.
Haga actividad física regularmente al aire libre, o siéntese junto a una ventana soleada si está encerrado y no tiene opción de salir al exterior. Si está tomando un suplemento, una dosis diaria razonable para adultos y niños es de alrededor de 1000 UI y 400 UI de vitamina D3, respectivamente.
La vitamina A también es crucial para nuestra respuesta inmune, ya que coordina nuestra inmunidad innata y adaptativa. Refuerza el epitelio (que recubre las superficies externas de los órganos y vasos sanguíneos en todo el cuerpo, así como las superficies internas de las cavidades en muchos órganos internos) y, de manera crucial, protege la integridad de las membranas mucosas del cuerpo, como las del intestino y los pulmones, lo que dificulta la infección.
Se puede obtener a través de la dieta: las vísceras, el pescado azul, el queso y la mantequilla son fuentes de vitamina A de origen animal, mientras que las zanahorias, los camotes, la calabaza y las verduras de hoja verde como la espinaca y la col rizada nos aportan betacaroteno, que el cuerpo convierte en vitamina A. La cantidad diaria recomendada de vitamina A, según la Clínica Mayo, es de 900 microgramos (mcg) para hombres adultos y 700 mcg para mujeres adultas.
El zinc es otro suplemento que refuerza la inmunidad. Una revisión de datos de 2013 realizada por la prestigiosa Colaboración Cochrane descubrió que, para el resfriado común, el zinc, particularmente en forma de pastilla o jarabe, “inhibe la replicación viral”. Otro estudio de los Países Bajos descubrió que el zinc puede inhibir la replicación de un pariente del coronavirus, SARS-CoV, que causó el brote de SARS de 2003.
La cantidad diaria recomendada de zinc es de 15 mg al día para hombres adultos y 12 mg al día para mujeres adultas. No tenga la tentación de aumentar la dosis. Use las pastillas a la primera señal de picazón en la garganta en lugar de como un preventivo diario y déjelas de tomar una vez que los síntomas desaparezcan. Algunas personas pueden experimentar mal sabor de boca o náuseas con estas pastillas.
Independientemente del suplemento que elija, compre la mejor calidad que pueda pagar y recuerde que los nutrientes a menudo trabajan juntos. GrassrootsHealth, una organización de investigación de salud pública sin fines de lucro que estudia a un gran cohorte de 16,000 personas, descubrió que aquellos que toman suplementos de vitamina C tienen un 35% menos de probabilidades de contraer la gripe. Para aquellos que toman omega-3 (otro buen antiinflamatorio), la probabilidad disminuye un 38%. Sin embargo, aquellos que toman ambos suplementos tienen un 59% menos de probabilidades de contraer la gripe.
Hierbas
El saúco (Sambucus nigra), a menudo tomado como un jarabe y ampliamente disponible sin receta médica, tiene un potente efecto antiviral contra el virus de la gripe. Los científicos sugieren que detiene la reproducción del virus al bloquear las proteínas clave que ayudan a que el virus se adhiera y entre en una célula huésped.
Tomar el saúco como preventivo diario es seguro, y hay algunas pruebas que sugieren que, si se enferma, podría acelerar significativamente la recuperación. La evidencia más reciente muestra la efectividad contra el coronavirus humano HJcov-NL63, uno de los principales coronavirus que circulan en todo el mundo.
La equinácea (Echinacea purpurea) tiene propiedades antivirales y antibacterianas. Una nueva investigación en Tailandia sugiere que las preparaciones podrían servir como un tratamiento profiláctico efectivo para todos los coronavirus, incluido el actual. Esto no es (todavía) una investigación revisada por pares. Sin embargo, al igual que con la vitamina C, existe evidencia histórica de la efectividad de la equinácea y también como la vitamina C, se ha demostrado que interfiere con la actividad de las citocinas y, por lo tanto, puede ayudar a reducir la inflamación y a aliviar los síntomas
Si decide toma hierbas siga las indicaciones en el paquete o las de un profesional de la salud.
Aceites esenciales
Se sabe que los aceites esenciales son ricos en compuestos antimicrobianos que pueden ayudar a matar bacterias y virus. Sin embargo, la mayoría de estudios de laboratorio son hechos en cultivos celulares infectados y no en humanos.
Una revisión útil de 2017 publicada por el Instituto Tisserand detalla los efectos antivirales de los aceites de árbol de té (Melaleuca alternifolia), la canela (Cinnamomum zeylanicum), la bergamota (Citrus bergamia), la hierba de limón (Cymbopogon flexuosus), el eucalipto azul (Eucalyptus globulus) y el tomillo (Thymus vulgaris) cuando se aplican a las células en el laboratorio.
Pero, ¿se puede traducir eso en el uso personal en el hogar, por ejemplo a través de difusores?
Las partículas de influenza pueden propagarse a través de gotitas en el aire, del contacto cercano con personas infectadas o al tocar superficies. Las partículas de coronavirus pueden permanecer viables en el aire por hasta tres horas y en superficies por hasta tres días. La limpieza de superficies, por lo tanto, es esencial.
Limpiar el aire también puede ser beneficioso. Existe cierta evidencia de que la difusión pasiva de ciertos aceites esenciales a través de difusores, combinación de difusor / humidificador y atomizadores para habitaciones, puede ayudar a neutralizar los virus en el aire.
En un estudio, en condiciones controladas, los vapores de bergamota y eucalipto azul inactivaron completamente el virus de la influenza en 10 minutos. La canela, la hierba de limón y el geranio (Pelargonium graveolens) funcionaron después de 30 minutos.
Otro estudio de laboratorio de 2010 descubrió que incluso una mezcla comercial altamente diluida de aceites esenciales que contiene canela, eucalipto azul, clavo de olor (Syzygium aromaticum), naranja dulce (Citrus sinensis) y romero (Rosmarinus officinalis), redujo la infecciosidad del virus de la gripe, confirmando la idea que las bajas concentraciones a través de la difusión en la habitación podrían ayudar a desinfectar el aire.
Los aceites esenciales también pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, y esto puede tener un efecto estimulante para reforzar la inmunidad (ver más abajo). La lavanda (Lavandula angustifolia) tiene beneficios comprobados para la ansiedad al igual que los aceites esenciales de cítricos como la naranja dulce (Citrus sinensis) o el limón (Citrus limon).
Al usar aceites esenciales en el difusión en la habitación, siga las instrucciones de su difusor específico. Si no hay ninguna, dilúyalo en una proporción entre un 2% (12 gotas de aceite por 20 ml de agua) y un 5% (30 gotas de aceite por 20 ml de agua).
Los aceites más fuertes como la canela pueden necesitar ser más diluidos, en cambio los aceites más livianos como los de cítricos se diluyen menos. Se cree que la difusión intermitente (30-60 minutos activada / 30-60 minutos desactivada) es más efectiva que la difusión continua.
Gestión del estrés
Incluso los centros de control de enfermedades generalmente conservadores reconocen que el coronavirus está aumentando los sentimientos de ansiedad y estrés.
Cuando estamos estresados, la capacidad del sistema inmunitario para combatir infecciones se reduce. El estrés también promueve la inflamación.
Los efectos del estrés son directos, por ejemplo, la hormona corticosteroide, liberada cuando estamos estresados, puede suprimir una respuesta inmune efectiva al reducir la cantidad de linfocitos que combaten las infecciones que circulan en el cuerpo. Pero también pueden ser indirectos, por ejemplo, interfiriendo con el sueño, o provocando comportamientos para afrontar la situación poco saludables, como picar entre comidas, beber y fumar.
Otro efecto del estrés prolongado es su capacidad para activar citomegalovirus (CMV) latentes (“hibernantes”) que muchos de nosotros tenemos sin saberlo. Los virus de la familia del CMV causan enfermedades como el herpes y la varicela, pero también fiebre y síntomas similares a los de la gripe. Al igual que con el coronavirus, no existe un tratamiento actualmente. En combinación con el coronavirus, una infección secundaria como esta puede ser particularmente de riesgo para las personas mayores, las mujeres embarazadas y las personas con afecciones preexistentes.
Las técnicas de relajación son una estrategia terapéutica importante para las enfermedades relacionadas con el estrés. Un ensayo controlado aleatorio reciente concluyó que aquellos que hacían ejercicio o meditaban tenían menos enfermedades respiratorias agudas graves que aquellos que no lo hacían.
La relajación también funciona para los niños. En un ensayo clínico con niños de entre 8 y 12 años, la terapia de relajación guiada disminuyó la frecuencia de los resfriados. Se demostró que la terapia de relajación aumenta los niveles de inmunoglobulina A secretora, una de las moléculas responsables de proteger las superficies mucosas, como las de los pulmones, de la infección.
No necesita un terapeuta para relajarse. Medite, lea, escuche música, participe en un pasatiempo que le absorba, hable con amigos incluso si es a través de internet, haga crucigramas, camine cuando pueda en un espacio verde, haga yoga, lo que sea que requiera su plena atención y lo distraiga de sus preocupaciones por un tiempo. Así que encuentre lo que funciona para usted.
Con el coronavirus, adoptar un enfoque multifacético para cuidar de su salud tiene todas las garantías. Los cuatro de cada diez de nosotros que deseen utilizar tratamientos alternativos para un autocuidado sin complicaciones deberían sentirse seguros de hacerlo.
Es posible que Google no lo ayude a encontrar la mejor información sobre medicina complementaria y alternativa, o cualquier otra, pero los siguientes sitios web son un buen lugar para comenzar si desea obtener más información:
- Mercola.com
- Organic & Natural Health Association
- Natural Health News
- GreenMedInfo
- Mind Body Green
- American Botanical Council
Pat Thomas es periodista y autor de varios libros sobre salud y medio ambiente, incluido “Complete Wellness and What Works, What Doesn’t – The Guide to Alternative Healthcare”. También es editora de Natural Health News en el Reino Unido. Ver más en su sitio web. Thomas escribe frecuentemente para la Asociación de Consumidores Orgánicos. Puede suscribirse aquí para recibir noticias y alertas de ACO.