John Bellamy Foster (JBF) e Intan Suwandi (IS) escribieron la revisión bibliográfica (Review of the month) del número de junio de la revista socialista mensual Monthly Review (MR) que fundaron Paul Sweezy y Leo Huberman en 1949. Su título es Covid-19 y capitalismo catastrófico. Cadenas de mercancías y la crisis ecológica-epidemiológica y económica. JBF es el editor, desde hace varios años, de MR y uno de los más importantes pensadores marxistas de nuestro tiempo, tanto en temas ecológicos como económicos. En Economía Moral he analizado muchas veces sus escritos; por ejemplo, en la serie de 13 entregas de diciembre 2014 a marzo 2015 denominada Múltiples tendencias anuncian el fin del capitalismo. El artículo que hoy comento fue traducido al español en la excelente revista semanal de opinión, Sin Permiso. República y socialismo también para el siglo XXI, publicada en España. Los autores (JBF-IS) empiezan diciendo (cito la versión en español, pero con cambios):
“El COVID-19 ha acentuado, como nunca antes, las vulnerabilidades ecológicas, epidemiológicas y económicas interrelacionadas impuestas por el capitalismo... estamos viendo el surgimiento del capitalismo catastrófico a medida que la crisis estructural del sistema adquiere dimensiones planetarias. Desde finales del siglo XX, la globalización capitalista ha adoptado cada vez más la forma de cadenas interrelacionadas de mercancías controladas por empresas multinacionales, que vinculan diversas zonas de producción, principalmente en el Sur Global, con el vértice del consumo, las finanzas y la acumulación mundiales, situado sobre todo en el Norte Global. Estas cadenas de mercancías conforman los principales circuitos materiales del capital a nivel mundial que constituyen el fenómeno del imperialismo tardío identificado con el auge del capital monopolista-financiero generalizado. En este sistema, las rentas imperiales exorbitantes provenientes del control de la producción global se obtienen no sólo del arbitraje laboral global, a través del cual las corporaciones multinacionales… sobreexplotan la mano de obra industrial en la periferia, sino cada vez más también a través del arbitraje global de la tierra, en el que las multinacionales de los agronegocios expropian tierra (y mano de obra) barata en el Sur Global para producir cultivos de exportación…”
Añaden que los ejecutivos corporativos se refieren tanto a cadenas de mercancías como a cadenas de valor, énfasis dual que se asemeja al más dialéctico enfoque desarrollado por Marx de las cadenas de mercancías en la producción y el intercambio, que comprenden tanto valores de uso como valores de cambio, y luego continuado por los teóricos del sistema-mundo, Wallerstein y Hopkins. Sin embargo, en éstos, dicen JBF-IS, se perdió el aspecto material-ecológico de los valores de uso, pues abordaron tales cadenas sólo como fenómenos económicos, de valor. Marx, en cambio, había enfatizado el lado negativo, destructivo de la valorización capitalista respecto de las condiciones naturales de producción y el metabolismo conjunto de los seres humanos y la naturaleza en su conjunto:
La ruptura irreparable en el proceso interdependiente del metabolismo social (la ruptura metabólica) que constituyó la relación destructiva del capitalismo con el planeta, por la que agotó el suelo y obligó a abonar los campos ingleses con guano, fue igualmente evidente en las epidemias periódicas, resultantes de las mismas contradicciones orgánicas del sistema (Citan a Marx, El capital, vol. I). Este marco teórico, centrado en las formas duales, contradictorias, de las cadenas de mercancías, que incorporan tanto valores de uso como valores de cambio, provee las bases para entender las tendencias a las crisis combinadas ecológicas, epidemiológicas y económicas del imperialismo tardío. Nos permite percibir cómo el circuito de capital… está atado a la etiología de la enfermedad por medio de los agronegocios y cómo esto ha generado la pandemia de Covid-19.
Describen que, en el último decenio, surgió un enfoque más holístico a la etiología de la enfermedad llamado Salud Única-Mundo Único, como respuesta a la aparición de enfermedades zoonóticas como SARS, MERS y A/H1N1 transmitidas a humanos por animales no humanos, salvajes o domesticados. El modelo Salud Única (SU) integra el análisis epidemiológico en una base ecológica, conjuntando a científicos de la ecología, médicos, veterinarios y analistas de la salud pública en un enfoque de alcance global. Sin embargo,
el marco ecológico original que motivó el desarrollo de SU, que significó un enfoque más comprehensivo de las enfermedades zoonóticas, ha sido recientemente apropiado y parcialmente negado por organizaciones dominantes como el Banco Mundial, la OMS y los Centros de Control de Enfermedades y Prevención en EU. Por eso el enfoque multisectorial de SU se ha convertido rápidamente en un modo de reunir intereses tan variados como la salud pública, la medicina privada, la sanidad animal, los agronegocios y las grandes farmacéuticas, para reforzar la respuesta a lo que se consideran epidemias episódicas, al tiempo que supone el auge de una amplia estrategia corporativa en la que el capital, específicamente los agronegocios, es el elemento dominante. El resultado es que las conexiones entre las crisis epidemiológicas y la economía mundial capitalista son sistemáticamente minimizadas.
JBF-IS señalan que, como respuesta, surgió un nuevo y revolucionario enfoque de la etiología de la enfermedad denominado Salud Única Estructural (SUE) que se construye sobre la crítica de SU y que está enraizado en la tradición materialista de la historia en sentido amplio. El grupo de científicos que encabezan SUE buscan desentrañar cómo las pandemias están conectadas con los circuitos de capital que están cambiando las condiciones ambientales rápidamente. Describe su enfoque como un campo científico nuevo que examina los impactos de los circuitos globales de capital y de otros contextos fundamentales, como las historias culturales profundas, en las agroeconomías regionales y en las dinámicas patológicas asociadas en diversas especies. JBF-IS añaden que SUE se distancia de SU en que: 1) se centra en las cadenas de mercancías como impulsoras de las pandemias; 2) descarta el enfoque usual de las geografías absolutas que se concentra en ciertas locaciones en las que los nuevos virus emergen, sin percibir los conductos económicos globales de transmisión; 3) no conciben las pandemias como eventos aislados (‘cisnes negros’), sino como reflejo de la crisis estructural del capital; 4) adopta el enfoque de la biología dialéctica asociada con Levins y Lewontin; y 5) insiste en la reconstrucción radical de la sociedad en su conjunto de maneras que promuevan un metabolismo planetario sustentable. Continuaré analizando este formidable escrito en la próxima entrega.